En su primera semana en el Ministerio de Energía, Susana Jiménez se define frente a diversas tecnologías y no elude ninguna: incluso HidroAysén y la nuclear. Dice que todo se debe estudiar, aunque en ambos casos hoy no lo ve viable.
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Abrirse a estudiar y debatir sobre diversos tipos de tecnologías en la energía -incluso la nuclear- es uno de los mensajes que la nueva ministra del ramo, Susana Jiménez, busca transmitir.
La secretaria de Estado, quien proviene de Libertad y Desarrollo y quien fuera una activa participante del debate energético, asegura que no cambió de opinión respecto de las energías renovables. A su juicio, éstas bajaron de costo en forma dramática, lo que les dio la viabilidad económica que antes no tenían.
Otro punto es la integración energética, donde pese a la mala experiencia con Argentina tras los cortes de gas de hace una década, hoy está abierta a restablecer ese lazo. “La primera llamada que recibí fue del ministro de Energía argentino, con una total disposición a seguir en esa conversación”, confiesa.
¿Cuál es el sello que pretende darle al ministerio?
El sello que queremos dar es apuntar hacia la modernización energética del país. Creemos que este es un sector bien dinámico y esos cambios queremos acercarlos a los hogares. Hemos visto una revolución tecnológica en materia de energías renovables, pero para adelante vienen muchos cambios que van a ser muy incidentes en los hogares y la calidad de vida de las personas.
¿Cómo se hará eso?
Eso se traduce en distintos ejes. Uno es el tema de la innovación. Cómo introducir eso a los hogares. Eso tiene que ver, para ser bien concretos, con cómo hacer que se masifique la producción desde las casas de energía eléctrica, tener medidores inteligentes, que puedas tomar medidas de eficiencia energética, etc. Todo lo que tenga que ver con el desarrollo de los propios hogares y la ciudadanía. Otra cosa en que queremos dar un salto importante es en electromovilidad. Eso requiere de una bajada en términos de cambios regulatorios, estándares, infraestructura. Y también, todo lo que tiene que ver con interconectar eléctricamente a Chile, y estoy pensando tanto a nivel nacional como con mirar a nuestros países vecinos y avanzar en integración regional.
Respecto de la electromovilidad, ¿es su intención que se revise la licitación del Transantiago?
La licitación tiene contemplado algunos requisitos de electrificación, pero creemos que no es suficiente. Hay que ser más ambicioso. Hay que ver cómo va este proceso, que ha tenido variaciones y cambios en estos últimos días. Pero es del interés del Presidente que avancemos y seamos más ambiciosos en eso.
Una de las trabas para la electromovilidad es que los autos eléctricos son muy caros. ¿Está contemplada alguna franquicia tributaria?
Eso habría que estudiarlo. No está contemplado. Creo que hay que hacer otros avances primero. Hace cinco o siete años, las energías renovables tenían precios altísimos, y todos los expertos proyectaban precios altos, pero se dio un cambio tecnológico en el mundo. Antes nosotros tramitábamos proyectos para facilitar la entrada de energías renovables en la matriz y el gran temor era que hubiera subsidios y que fuera caro para el sistema. Pero lo que vimos es una revolución tecnológica impresionante, que ha permitido que estos precios bajen a un quinto. Con la electromovilidad creo que va a pasar algo similar, van a bajar los costos y como país tenemos que prepararnos.
En cinco años esta industria cambió muchísimo, antes estábamos en una profunda crisis. ¿Esa crisis está totalmente superada? ¿Quedan cosas pendientes?
Los desafíos hoy son muy distintos. Nosotros no tenemos en el horizonte un escenario de estrechez energética, que sí era una realidad hace ocho años, donde había problemas para sacar adelante los proyectos y vimos altos costos de la energía. Los precios estaban mucho más altos que actualmente.
Entonces se decía que las energías renovables eran caras e ineficientes.
En 2010 hubo una comisión asesora muy transversal, que estimaba los precios de la energía solar en US$ 180 por MWh y la eólica en US$ 110. Y el promedio de la última licitación fue de US$ 32. Eso no era previsible. De hecho, se tramitó una ley para las ERNC y lo que vemos es que hoy la realidad es superior a lo que se legisló. Y lo que se prevé para adelante es que el desarrollo de la matriz sea en base a energías renovables. Los desafíos son muy distintos y tienen que ver con cómo lograr la masificación de las renovables, resguardando la seguridad y la economía del sistema.
¿Son sostenibles los precios en torno a US$ 30 por MWh?
Es una realidad que los costos han bajado significativamente en Chile, pero también lo hemos visto en otras partes del mundo. La energía renovable llegó para quedarse y a precios competitivos. Ahora, que haya que hacerse cargo de la seguridad del sistema y de gestionar la variabilidad de estas energías, por supuesto que pone otros desafíos. Eso requiere mayor flexibilidad del sistema, para poder acomodar esa variabilidad. Tenemos que analizar esas cosas.
¿Eso significa olvidarnos de las grandes centrales?
Yo pienso que de lo que hay que preocuparse es que existan fuentes de energía que acompañen la variabilidad de las energías que hoy se han convertido en las convencionales, que son la solar y eólica. Hoy, de hecho, eso se hace con centrales hidroeléctricas de embalse, termoeléctricas a gas y a futuro se harán con baterías de almacenamiento o centrales de bombeo. Hay fuentes posibles.
¿HidroAysén hoy no sería necesario?
Volver a hablar de HidroAysén es mucha ciencia ficción.
Pero fue un proyecto que se defendió con mucha fuerza.
Es que las discusiones hay que tomarlas en sus tiempos. Chile tiene un potencial hídrico importante. Ahora, un proyecto grande como era HidroAysén en su minuto, era una solución cuando teníamos una matriz muy basada en la termoelectricidad y con precios muy altos de los combustibles fósiles. Hoy no sería capaz siquiera de competir en la nueva realidad. El potencial hidroeléctrico creo que hay que aprovecharlo como país. Es energía limpia y propia. Si es competitiva, tiene que desarrollarse. Ahora, a gran escala, va a ser complejo, porque no van a poder competir con otras tecnologías. Va a haber que ir mirando cómo se desarrollan.
El potencial de HidroAysén ¿debe desarrollarse en algún minuto?
En el caso particular de Aysén, creo que es inviable sin un consenso político y social. Por lo tanto, insisto, reflotar el tema cuando hoy día las propias empresas se dan cuenta de que podría no ser la opción más competitiva, no le veo sentido, pero además por la importancia que tuvo esta discusión para el país. Grandes centrales hoy no son viables sin un gran consenso.
¿Se considera una conversa en cuanto a las energías renovables no convencionales?
Para nada. La discusión en su tiempo, por ejemplo cuando se tramitó el proyecto de ley, estuvo enfocada en forzar la entrada de energías renovables al sistema. Y eso, mirando la experiencia que habían tenido países como España o Alemania, había significado grandes subsidios, que finalmente siguen pagando los consumidores. Entonces, la discusión en ese momento, cuando los precios de las ERNC eran altísimos, tenía todo el sentido. Eso no significa estar a favor o en contra. La visión mía en el pasado y actual, porque no he cambiado, es que estas energías son un gran aporte al país y hoy tienen la maravillosa virtud de ser competitivas.
Usted plantea que hay que estudiar todas las tecnologías. ¿Lo mismo con la energía nuclear?
De la forma en que la hemos conocido en el pasado, la energía nuclear no tiene cabida en Chile, porque no es competitiva, porque son grandes centrales y porque hay una legítima aprensión ciudadana al respecto. Sin embargo, en el mundo se están dando cambios tecnológicos interesantes, donde hay sistemas mucho más pequeños, modulares y más seguros. Vuelvo a enfatizar, como país no podemos cerrarnos a nada, tenemos que estudiar las alternativas, porque estos desarrollos tal vez van a ser comercialmente rentables en 10 o 15 años más, pero si el país no se prepara con los estudios suficientes, con la institucionalidad, el capital humano y el marco regulatorio, vamos a quedar fuera de esos desarrollos sean cuales estos sean.
¿Cree que sería bueno retomar los estudios que quedaron pendientes desde la Comisión Zanelli?
Absolutamente. Hay que seguir estudiando todas las opciones. Vuelvo a insistir en la definición inicial, queremos ser un ministerio con mucha mirada de futuro, queremos ver lo que está pasando con distintas tecnologías en diversas partes del mundo y ver qué cosas pueden ser, en el futuro, interesantes para nosotros y cuáles podemos acelerar el proceso de entrada, sobre todo en lo que decía antes, muy vinculado a los hogares y la ciudadanía. Y que la ciudadanía vea introducidos esos cambios lo antes posible.
“La incursión de Enap en generación eléctrica no dio buenos resultados”
¿Qué valor le atribuye a la Agenda de Energía del ex ministro Pacheco?
Creo que fue un muy buen ejercicio de levantar los temas que iban a marcar el trabajo del ministerio y, por lo tanto, creo que fue muy acertado. Nosotros vamos a hacer un levantamiento de los temas que queremos abordar, porque es una buena forma de compartir con todos los actores cuáles son las problemáticas, escucharlos, abrir una discusión de cuáles son los temas a abordar, identificarlos, establecer plazos y responsabilidades. Es una buena forma de ordenarnos y nos vamos a abocar a eso ahora en los primeros meses.
¿Cómo ve a Enap? ¿Se queda Marcelo Tokman?
Enap tiene un nuevo gobierno corporativo y es ese nuevo gobierno corporativo el que decide la administración de la empresa.
¿A usted le gustaría que Marcelo Tokman siguiera?
Esto no tiene que ver con preferencias personales. Yo tengo una buena opinión de Marcelo como persona. Lo que hay que hacer es ver cómo ha evolucionado la empresa, estudiar bien las inversiones que se han hecho, hay algunos conflictos que han sido bastante públicos y, por lo tanto, hay que hacer el trabajo de analizar bien cómo se presenta la empresa hoy día, cuáles son los planes futuros y si estos son acordes a los ejes que tiene esta nueva administración, que pueden ser distintas a las del gobierno anterior.
¿Pero cómo ve a Enap?
Enap ha tenido un mejor desempeño desde el punto de vista financiero. Ahora, es una empresa que hay que estudiar bien las decisiones de inversión que está tomando. Ustedes saben que Enap tiene inversiones fuera de Chile, además se amplió su giro a la industria eléctrica. Creo que tiene grandes fortalezas en logística y es ahí donde queremos potenciar a la empresa.
¿Y en generación eléctrica?
No necesariamente. Creemos que el mercado de generación es suficientemente dinámico y en su incursión no tuvo buenos resultados, no logró adjudicarse licitaciones y cualquier inversión con recursos públicos tiene que tener una rentabilidad social que la justifique.
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Fuente/LaTerera www.chileenergias.cl www.facebook.com/chileenergia.cl/ twitter.com/chileenergias #chileenergias, #energías, #eficienciaenergetica