A pesar de la creciente discusión teórica respecto a la relación positiva o negativa entre las empresas y el medio ambiente, es imposible obviar el impacto de los grandes problemas ambientales causados por nuestra forma de producir, de consumir y de cómo y quiénes deben resolver la contaminación y la basura que esto genera.
La ciudad de México produce diariamente 11 850 toneladas de basura, tan sólo en los hogares, a los que deben sumársele los deshechos industriales. Dentro de este problema puede señalarse a la insensibilidad del ciudadano común, puesto que el mexicano lo último que hace es pensar en la basura que genera, y el daño consecuente a nuestro planeta. La violencia estructural de la que es víctima, la inestabilidad económica y en casos abundantes la pobreza, impiden centrar su atención en cuestiones ambientales, contrario a los ciudadanos de países industrializados.
No obstante, el empresario figura entre los sectores más privilegiados de la sociedad por lo que corresponde a él hacerse responsable de lo que fabrica y del destino final que ha de tener su producto.
Dentro de este marco, es necesario retomar la definición de Desarrollo Sostenible dada en 1987 en el Informe Rapport Brundtland por la Comisión sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de las Organizaciones de Naciones Unidas. Este informe define que “el desarrollo sostenido es el desarrollo que satisface las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de que las futuras generaciones puedan satisfacer sus propias necesidades[2]“.
En el ámbito productivo implica comprender que desde el proceso de extracción de la materia prima se impacta severamente en el medio ambiente. No obstante, esto continua en el procesos de producción, distribución y de manera importante en el empaquetado de los productos. De esta manera, el sector industrial es responsable en gran medida de la generación de basura, por lo que cada uno de los procedimientos debe ser revisado a fin de minimizar los deshechos y planear la producción de manera que a futuro no genere más contaminación.
Responsabilidad empresaria sobre la basura
El empresario debe considerar viable la recolección de basura separada a fin de tener una planta propia de reciclaje que le permita tratar los deshechos y reutilizarlos. Igualmente las reglas sanitarias son estrictas por lo que las acciones no sólo deben de tomarse cuando la empresa esté por ser auditada.
El principio máximo es que una buena planeación con respecto a los residuos es más barata que el tratamiento posterior de éstos. Dentro de la filosofía del desarrollo sostenible se contempla que la producción genera mayor pérdida de energía cuando no está orientada hacia una reducción al mínimo de los insumos, y cuando se ignora la posibilidad de reutilizar material ya empleado.
En el caso de las empresas mexicanas es un hecho que la creciente globalización y los varios tratados de libre comercio exigen altos niveles de calidad tanto en la producción como en los resultados finales. Para dichos fines la certificación es uno de los instrumentos que avalan la calidad del trabajo de las empresas, la cual no sólo contempla los aspectos técnicos, sino también el impacto ambiental de las empresas.
Para ello, la aplicación de la norma ISO 14000 representa no sólo la posibilidad de crecer frente a la situación del mercado mundial, sino la posibilidad de implementar sistemas de maximización de recursos que pueden ser vigentes a largo plazo y que sobrepasan los beneficios de la “desaparición” de los deshechos.
El producir un producto en envases retornables, por ejemplo, garantiza que el material será reutilizado y los gastos tenderán a ser menores. Por otro lado, concierne al empresario la tarea de generar una cultura ambiental hacia el interior de su empresa, que se traduzca en una revaloración del trabajo y la energía empleada en la producción.
Finalmente la acción empresarial representa un sector de poder político y económico que puede ejercer presión en cuestiones ambientales y que incide directamente en la maximización de los recursos. Las posibilidades de comerciar a grandes niveles y crecer como empresa también reside en la imagen que se tenga de esta de modo que es imposible pasar por alto el impacto ambiental que las actividades industriales provocan. Lograr procesos eficientes, que generen ganancias y que creen una industria competitiva se centra ahora en la visión global que pueda alcanzar el empresario.
Fuente/Ecoportal Chile Energías/www.chileenergias.cl www.facebook.com/chileenergia.cl/ twitter.com/chileenergias #chileenergias,#energías,#CambioClimático, #eficienciaenergética