Con una aceleración cada vez mayor, una autonomía de cientos de kilómetros y un ronroneo similar al de un motor a reacción, las motocicletas eléctricas están dispuestas a demostrar que también pueden ser un buen camino hacia la movilidad sostenible a la vez que resultan geniales, divertidas e interesantes de conducir.
A la caza del mercado
La nueva generación de motos eléctricas tiene como objetivo ganar el corazón de todos, incluso de los fanáticos más intransigentes, conquistándoles con potentes motores que, si bien dependen de una batería en vez de hacerlo de un potente motor contaminante, pueden acelerar más rápido que las motos tradicionales
Hay detalles que caracterizan indefectiblemente a una moto y eso es innegable: largos tubos de escape, profusión de cromados, una forma aerodinámica y por encima de todo, un motor potente y retumbante, así que éstas han sido las premisas en las que se han basado los diseñadores, constructores y fabricantes de las nuevas motocicletas eléctricas.
Y si bien estas nuevas estrellas de la movilidad eléctrica no echan humo contaminante, requieren menos mantenimiento y tienen una mecánica mucho más sencilla, las demás características las cumplen a la perfección: aceleración casi instantánea, un sonido que se parece mucho al de una turbina y un andar suave y sin vibraciones
Gracias a ello las motocicletas eléctricas están irrumpiendo lenta pero persistentemente en un mercado de corte bastante tradicional. Incluso las empresas constructoras de motocicletas más antiguas y de mayor arraigo en el mercado mundial, ya tienen sus modelos Concept, por lo que probablemente en unos años se las vean en las carreteras del mundo entero.
Novedosas, pero no tan diferentes
Lo cierto es que en pocos años el panorama ha cambiado de forma muy drástica. Gracias a ello hoy en día es posible elegir entre diseños de vanguardia, acabados perfectos, distintos sonidos y cientos de extras, que hacen que la conducción de una motocicleta eléctrica sea un auténtico placer, para el que la monta y para el medio ambiente. Hablamos de vehículos que le dan a su propietario o usuario la posibilidad de disfrutar de la velocidad, sin aumentar su propia huella de carbono, con dos inconvenientes principales: que las motocicletas eléctricas aún cuestan más que su contraparte que consume gasolina y que muchos fabricantes limitan la velocidad máxima, para preservar y prolongar la vida útil de la batería, algo que no convence a los compradores.
La contrapartida es que el mantenimiento es prácticamente cero, lo que implica decir adiós a los cambios de aceite, filtros, válvulas, etc., que te olvidarás de las marchas, porque no tienen transmisión, que las motocicletas eléctricas son enchufables, por lo que para recargarlas sólo hay que tener a mano sistema de recarga (doméstico o no), que los costos de electricidad son sensiblemente menores que los de gasolina (en todos los sentidos) y que los planes de ayuda incluyen a estos vehículos eléctricos.
Fuente/Ecoticias Chile Energías/www.chileenergias.cl www.facebook.com/chileenergia.cl/ twitter.com/chileenergias #chileenergias,#energías,#CambioClimático, #eficienciaenergética