El cambio climático es una realidad, es decir, ya no se puede hablar de que Chile está sujeto a un largo periodo de sequía, o supersequía como la llaman algunos, y que ello se podría normalizar en los próximos años.
En Chile derechamente el clima en la zona centro sur cambió, pasando de un clima Mediterráneo, con 4 estaciones marcadas, a uno más bien del tipo semiárido cálido, con inviernos más cortos y veranos más largos.
Desde el punto de vista de la pluviometría, este cambio implica que los promedios anuales de lluvia disminuirán, más allá que ocasionalmente tengamos algún año favorable.
En el caso de la electricidad, la escasez hídrica se traduce en una disminución en el nivel de los embalses que sustentan la generación hidroeléctrica. A la fecha, año 2021, el nivel de los embalses es 27% menor del que existía en 2020, año que fue catalogado como uno de los más secos de la historia.
Una menor capacidad hídrica ciertamente constituye un problema. Se suma a lo anterior, el que, en relación con el programa de descarbonización de la matriz eléctrica, han salido de servicio varias de las plantas de generación a carbón, y dada la escasez hídrica, ello se traduce en una merma en la operación eléctrica.
Las plantas basadas en carbón, más allá de que son muy nocivas para el medioambiente, lo cual justifica su retiro, tienen la virtud de asegurar mayor disponibilidad de energía a costos razonables, algo que por su variabilidad, los sistemas fotovoltaicos y eólicos no pueden ofrecer.
Lo anterior, provocó recurrir a la generación a gas natural, que es más cara y contaminante que la hídrica, e incluso, con más frecuencia de lo deseado, se ha tenido que recurrir a la generación en base a petróleo Diesel.
De esta forma el precio de la energía eléctrica, referido al Costo Marginal, subió en forma importante en las ultimas semanas, pasando a promedios cercanos a 160 US$/MWh, llegando en algunas horas a alcanzar valores cercanos 190-200 US$/MWH, todo muy por encima de los precios de 60 US$/MWh promedio que se daban hace un par de meses.
Si no se hace nada diferente, el escenario de altos precios de la electricidad se mantendrá, restando competitividad a la economía chilena. Esta última aseveración, se basa en el hecho que la escasez hídrica se mantendrá este año, y con toda seguridad, en 2022.
Una alternativa para atenuar en el corto plazo el alza de los costos de la energía es modificar la planificación de descarbonización de la matriz eléctrica, retrasando la salida de las plantas que generan en base a carbón, ello al menos mientras se implementan soluciones que puedan dar cuenta del problema de la escasez hídrica.
El acelerar la introducción de sistemas de almacenamiento eléctrico de respaldo, incentivar la generación eléctrica basada en sistemas de concentración solar, como la de Cerro Dominador, o tomar medidas para descongestionar ciertos tramos de la red de transmisión, entre otras alternativas similares, son parte de las posibles soluciones.
Por Marcos Crutchik Norambuena/ Centro de Desarrollo Energético Antofagasta, CDEA, Chile Energías/www.chileenergias.cl www.facebook.com/chileenergia.cl/ twitter.com/chileenergias #chileenergias,#energías,#CambioClimático, #eficienciaenergética