Chile está retirando anticipadamente sus centrales a carbón, mientras invierte en proyectos para la generación de energías limpias. El país anunció que iniciará la construcción de la planta eólica más grande de Latinoamérica antes de finalizar 2021.

Horizonte, perteneciente a la empresa Colbún, estará localizada en la región de Antofagasta y tendrá una capacidad instalada de 778 MW. Ya cuenta con un contrato de suministro con una minera de cobre a rajo abierto, Zaldívar, que es parte de Antofagasta Minerals.

En entrevista con Bloomberg Línea, el ministro de Energía y Minería, Juan Carlos Jobet, dijo que está previsto que la planta eólica esté completamente operativa en tres años: “Hacia fines de 2023 debiéramos tener las primeras inyecciones de las primeras etapas del proyecto”. Su estimación es que se duplique la capacidad instalada de energía solar y eólica este año.

¿Qué ganancias traería este parque eólico para Chile?

Suministrará energía a precios muy competitivos. Este proyecto abastecerá al 100% a la compañía minera Zaldívar. Chile es un país que tiene una industria minera muy grande e importante para nuestra economía, y necesita reducir sus propias emisiones de gases efecto invernadero.

El principal consumo de la minería chilena es la electricidad, uno de los mayores consumidores de combustible. Necesitamos que esos consumos energéticos migren hacia fuentes renovables y este proyecto es una buena manera de hacer eso. Tiene beneficios para las personas, pero también para la industria minera, porque le ayuda a reducir su huella de carbono y ser más competitiva en el mercado internacional, que cada vez está más sensible a las huellas de carbono de los productos consumidos.

¿Cómo visualiza las industrias del cobre y del litio en unos 10 o 15 años?

Sin la minería, el mundo no podrá frenar el cambio climático. A veces, las sociedades en que operan las compañías de cambio climático no entienden eso bien.

Necesitamos migrar aceleradamente a las energías renovables, como estamos haciendo en Chile. Necesitamos limpiar aceleradamente el transporte, y tanto las centrales de generación renovable como los autos eléctricos ocupan cuatro veces más cobre que los autos y las centrales convencionales, y las mayores reservas de cobre del mundo están en América Latina: Chile, Perú, México, otros países de la región.

También las reservas del litio están en la región, que es esencial para las baterías. Sin esos minerales, el mundo no podrá parar el cambio climático, porque no podrá hacer la transición energética e introducir la electromovilidad. Se necesita apreciar la minería, cuidarla, asegurarse de que cumple todos los estándares ambientales, sociales; pero permitir el desarrollo de proyectos porque a veces en nuestra región se hace muy difícil desarrollar proyectos mineros, y la paradoja es que se hace difícil porque muchos actores se oponen a la minería porque quieren cuidar el medioambiente, cuando sin la minería no vamos a frenar el cambio climático, que es el problema ambiental más severo que tenemos. Necesitamos más, pero mejor minería, más sustentable.

¿Qué tan atractivos son estos proyectos de minería verde para inversionistas?

Efectivamente el agua desalada es más cara que la continental. Pero en la medida que el costo de la electricidad baja, la desalación y el bombeo de esa agua a las faenas se hace más competitivo. Es verdad que tener minería sustentable en algunos aspectos puede ser más cara que la convencional, pero es nuestra única opción. Eso es cierto en todas partes del mundo y, por lo tanto, la competencia por las jurisdicciones será importante y nuestro potencial de energía renovable nos ayudará en muchos frentes.

Es el camino correcto y, además, dado su potencial es una oportunidad de contar con minería más sustentable.

Y en este momento la minería está afectada por la sequía.

La minería está enfrentando un problema de acceso al agua. Ya no es solamente un problema de conciencia con el medioambiente, sino de sustentabilidad. Se juntan dos objetivos: el puramente financiero, que es importante para accionistas de esas compañías, con el objetivo más importante, que es el medioambiental y de sustentabilidad.

¿Están haciendo acuerdos con otros países de América Latina para desarrollar proyectos de energías renovadas?

Estamos en un dialogo permanente con varios países de la región en materia energética. Tenemos una relación muy cercana con Argentina: intercambio de gas, conexión eléctrica, una línea en el norte que esperamos pronto rehabilitar, una segunda en el sur, siete gasoductos. Con Perú también estamos avanzando en la interconexión eléctrica, con un proyecto que ya hicimos los estudios con el apoyo de Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y es muy rentable.

Con Uruguay hemos estado en conversaciones para intercambiar algunas prácticas en materia de H2V, ver cómo podemos avanzar juntos y hacer de la región un foco de desarrollo activo para distintos compradores. Hemos tenido conversaciones también con el gobierno de Colombia, con quienes estamos interesados en intercambiar experiencias en materia de hidrógeno.

Chile en materia de hidrógeno verde fue el primer país de la región en lanzar su estrategia, y desde ahí hemos estado en contacto con muchos países para tratar de hacer de América Latina, ojalá, un polo.

Latinoamérica más integrada en materia energética, es más atractiva, podría ser un manjar muy atractivo para la etapa venidera.

¿Cómo sería este intercambio con Colombia?

Tuve una reunión presencial con el ministro Diego Mesa hace algunos meses, en una visita oficial que hizo el presidente de Colombia, Iván Duque, a Chile. En ese momento, ya habíamos lanzado nuestra Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde y ellos estaban en la etapa inicial de elaboración de su propia estrategia.

Fue una reunión muy positiva, intercambiamos buenas prácticas, le comentamos cómo había sido nuestro proceso de elaboración de la estrategia, y ellos están trabajando hoy en la elaboración de la suya, están muy avanzados, y nuestros equipos técnicos han estado en contacto directo con los equipos de Colombia para intercambiar buenas prácticas.

Estamos juntos en una carrera que no es de unos contra otros, sino de todos juntos contra el cambio climático y, por tanto, tenemos que cooperar.

América Latina será más atractiva si tenemos países con visiones comunes, estándares parecidos, regulaciones corrientes, que las compañías que quieran invertir no se topen con regulaciones distintas en cada uno de los países. Esas cosas ayudan a hacer de la región un polo más atractivo para la inversión, que es esencial para desarrollar esta industria.