El Gobierno, la Fundación Chile, la Agencia Chilena de Eficiencia Energética, varias municipalidades, empresas privadas y sobre todo, la ciudadanía están en un ambicioso plan de reconversión a la nueva y eficiente tecnología en luminarias públicas, como una forma de tener ciudades más inteligentes desde el punto de vista de la iluminación.
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Bajo el paraguas de la eficiencia energética, varias ciudades del mundo comenzaron una verdadera carrera por el recambio de luminarias públicas a tecnología LED. En América Latina, Buenos Aires, Medellín y Sao Paulo, por nombrar algunos, ya llevan ventaja. Chile no quiere ser menos.
Los beneficios son incuestionables. Se estima que cambiar el alumbrado a LED significa un 50% de ahorro energético y un baja en 30% en concepto de mantenimiento. Cada ampolleta con esta tecnología tiene una vida útil de 50.000 horas, bastante más que las 2.000 horas de una estándar. También es más ecológica, ya que no tienen tungsteno y mercurio, elementos tóxicos para el medioambiente.
Además, la nueva Ley de Eficiencia Energética, que espera ingresar al Congreso en marzo de 2016, tiene como uno de sus ejes, la planificación de programas eficientes que busquen el recambio de luminarias.
Si bien en nuestro país hay varias iniciativas comunales para la reconversión, además de una serie de proyectos inmobiliarios que ya vienen con el gen LED incorporado, existen dos megaproyectos orientados a las luminarias públicas que se entrecruzan.
El recambio masivo
El primero es una estrategia a nivel nacional liderada por el Ministerio de Energía e implementada por la Agencia Chilena de Eficiencia Energética (AChEE) , denominado como “Programa de Recambio Masivo de Luminarias de Alumbrado Público” que pretende reemplazar 200.000 luminarias en todo el país, en un período de cuatro años.
El primer llamado a concurso de este proyecto se hizo en agosto de 2014, el cual se cerró en diciembre del mismo año. Postularon 93 municipios quedando seleccionados 85, con un total de 130.000 luminarias a recambiar. “Con esto los municipios podrán mejorar las condiciones lumínicas y obtener importantes ahorros en sus cuentas de electricidad, pudiendo con ello destinar estos recursos a otras necesidades prioritarias”, dice Alexis Núñez, jefe de línea edificación de la AChEE.
En 2015 comenzó la etapa de implementación con un simbólico pueblo de San Clemente como pionero. Este piloto, que ya está terminado, consideró el cambio de 2.104 luminarias ubicadas en la zona urbana, además de la instalación de un sistema de telegestión. Todo a cargo de la empresa Ahimco Ingeniería y Construcción S.A, que se adjudicó la licitación pública por un monto total de $998.906.609 millones.
Durante 2015 se siguieron las etapas del plan, licitándose el recambio de 62.000 luminarias en varias comunas como Cabrero, Laja, Mulchén, Nacimiento, Santa Bárbara, Tomé y Constitución, La Pintana, San Ramón, Ancud, La Calera, Quintero y Alto Hospicio (ver tabla). A fines de diciembre se abrió la licitación para el recambio de luminarias en Coronel y próximamente se abrirá la licitación de Antofagasta. “También existe un importante impacto social, porque por lo general la falta de luz está asociada a la delincuencia y LED permiten una mejor iluminación durante la noche, un mejor confort. Nuestra idea es que haya un antes y un después en el alumbrado público en Chile”, apunta Núñez.
Enlighten
De procedencia internacional, el proyecto Enlighten es otra gran iniciativa para reconversión a LED que aterrizó en Chile. El programa espera ahorrar un 4,8% el consumo eléctrico del país al año y un 34% de la iluminación a nivel nacional. Esto implica una reducción de 1,2 millones de toneladas de emisiones de carbono y el ahorro de U$596 millones al 2020.
El proyecto será ejecutado por Fundación Chile a nivel nacional en un plazo de tres años y es más ambicioso aún: busca un cambio en la normativa respecto de las distintas tecnologías de iluminación, la creación de un modelo de negocio para el reciclaje de residuos de mercurio y la implementación de pilotos de iluminación LED y sistemas de control.
La iniciativa está siendo apoyada también por el Ministerio de Energía, el Ministerio de Medio Ambiente y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), además de empresas privadas y laboratorios de ensayo. “El recambio de las lámparas incandescente a LED es una de las medidas más eficientes de reducción de emisiones de gases efecto invernadero. Considerando sólo los impactos directos de esta iniciativa, en Chile hemos estimado que el costo por reducir una tonelada de CO2 es de US$ 0,16” explica Ana María Ruz, subgerente de energía sustentable de Fundación Chile.
Enlighten busca, además, dar una solución sustentable a los residuos de mercurio presentes en las lámparas tradicionales. “El diseño de un modelo de negocio que se haga cargo del reciclaje de residuos de mercurio, como el que ya existe en muchos países de la OCDE es fundamental, pero esto depende en gran medida del proyecto de Ley de Responsabilidad Extendida del Producto (REP), que está en trámite en el Congreso” dice Ruz.
La ejecutiva agrega además: “Lo interesante de todo este recambio no tiene que ver sólo con iluminación, sino también con innovación en la empresa privada”.
Soluciones locales
A estas iniciativas a nivel nacional podemos sumarle también proyectos locales, que ya llevan varios años en el camino de la reconversión a LED.
De hecho, dentro de su plan para luchar contra el cambio climático, la Municipalidad de Providencia ya ha reemplazado 16 mil luminarias públicas por LED y se encuentra en dos procesos de licitación para implementar un sistema de energía solar en las mismas. La idea de la alcaldesa Josefa Errázuriz en disminuir la emisión de CO2 en 50% al 2030, donde claramente LED es una de las protagonistas.
Fuente: Pulso www.chileenergias.cl