Aunque pueden seguir funcionando, no entran en la categoría de inteligentes porque tienen un protocolo de comunicación distinto al exigido por la autoridad.
Si bien la polémica en torno a la implementación de los medidores inteligentes logró ser contenida, luego de que el gobierno estableciera la voluntariedad del cambio y la devolución de los cobros realizados asociados a este concepto, quedaron algunos pasos pendientes por parte de la autoridad y las empresas, los que se han ido materializando en los últimos meses.
Uno de ellos se refiere al denominado Anexo Técnico de Sistemas de Medición, Monitoreo y Control que tiene como objetivo especificar las definiciones de los medidores inteligentes que se tienen que instalar en el futuro.
Algunas distribuidoras se habían adelantado a este anexo -que recién fue publicado por la Comisión Nacional de Energía (CNE) el 23 de agosto-, confiando en que los requisitos que establecería la autoridad serían similares a los que estaban contemplando ellas.
Tras la publicación, quedó en evidencia que la mayoría de los 400 mil equipos que fueron instalados no cumplen con el anexo técnico.
“Ese anexo técnico tiene efecto ciertamente, porque mayoritariamente excluye como medidor inteligente a los medidores que fueron instalados en planes pilotos”, reconoció hace unas semanas el secretario ejecutivo de la entidad, José Venegas, ante la Comisión Investigadora del tema en la Cámara de Diputados, que el lunes debería presentar su informe final.
La autoridad agregó que “el anexo técnico define un estándar y protocolo de comunicación que es universal y ésta no es la que tiene una gran cantidad de los medidores instalados como pilotos”.
Según fuentes de la industria, Enel sería la principal impactada, donde también estarían Saesa y Chilquinta. ¿La razón? Casi la totalidad de los pilotos que instaló la italiana tienen un estándar propio denominado “Meters and More”. Sin embargo, éste no calza con el que se definió en el anexo que es el IEC (International Electrotechnical Commission), que corresponde a la norma europea principal.
Salvo eso, los aparatos instalados miden correctamente y cumplen con otras certificaciones.
Los efectos
Al ser consultado, Enel señaló que “un medidor instalado antes de septiembre de este año, que tiene funcionalidades inteligentes, pero que no cumple con el anexo técnico, será tratado como un medidor distinto a los del anexo, pero que puede seguir operando”.
Dado esto y que el cambio al nuevo sistema quedó como voluntario, en el corto plazo no sería necesario tomar medidas, pero de cara al futuro las empresas deberán analizar internamente las medidas a tomar para cumplir con la medición inteligente.
Según trascendió, si bien hay dudas de cuál sería el camino que tendrían que tomar para cumplir el anexo, en el gobierno y la industria apuestan a que probablemente los equipos de Enel deban ser cambiados.
Distinto sería el panorama para Saesa y Chilquinta. En cuanto a la primera firma, habrían instalados aparatos bajo el estándar IEC y en otros con la norma norteamericana ANSI, la que incluso es aceptada transitoriamente en el anexo emitido por la CNE.
Mientras, en el caso de Chilquinta, que tiene una magnitud menor de aparatos instalados, se habría aplicado una mezcla de normas.
La historia de la norma técnica
La norma técnica que se tramitó en 2017 señalaba que a septiembre del 2020 las empresas debían tener un 15% de sus clientes con medición inteligente.
Frente a esto, algunas firmas -con excepción de CGE- se adelantaron y empezaron a impulsar planes pilotos confiando en que lo instalado sería validado por el anexo técnico. Fuentes comentan que, probablemente, se planificó una holgura para modificar en el camino si sus aparatos no cumplían.
De todos modos, ya en los primeros borradores del anexo se habrían dado señales de lograr la interoperabilidad de los aparatos y, por lo tanto, que se tendería a un idioma común, lo que no coincidía con lo que se estaba instalando.
Consultada, la CNE sostuvo que “aquellos medidores que no cumplan con el anexo, implica que no son los adecuados para lograr la interoperabilidad deseada, pero sí cumplen con certificación SEC y son adecuados para efectuar la medida tan bien como los medidores electrónicos antiguos”.
“El cuándo se reemplazarán dependerá de cómo avancen los planes de cada distribuidora respecto a la instalación de medidores inteligentes interoperables y de manera informada a los clientes”, agregó.
El académico de la Universidad de Santiago, Humberto Verdejo, plantea que las empresas no cometieron errores y sólo apostaron a cumplir la norma vigente. “La CNE fue más allá del qué hacer y estableció el cómo. Lo último debió ser consensuado con las empresas, porque el sistema de medición inteligente es una política pública”.
Fuente/DF Chile Energías/www.chileenergias.cl www.facebook.com/chileenergia.cl/ twitter.com/chileenergias #chileenergias,#energías,#CambioClimático, #eficienciaenergética #COP25,