El Parlamento Europeo (PE) ha aprobado los criterios que deben cumplir las inversiones sostenibles. Esto es, las nuevas normas para determinar si una actividad económica es medioambientalmente sostenible.
A finales de diciembre, en respuesta a la creciente demanda del sector, el Parlamento Europeo publicó un borrador con los criterios que deberían cumplir las inversiones sostenibles.
El primer texto sometido a votación definía qué es una inversión verde y qué no debería tener esta consideración (por ejemplo, la energía nuclear). Antes de su entrada en vigor debía ser sometido a votación para su aprobación, un trámite que ya ha superado.
Dado que el Parlamento ha respaldado las nuevas normas para determinar si una actividad económica es medioambientalmente sostenible, ha llegado el momento de analizar las líneas maestras.
Inversiones sostenibles: objetivos
La propuesta legislativa sobre inversiones sostenibles establece seis objetivos medioambientales y permite que una actividad económica sea considerada sostenible si contribuye al menos a uno de ellos in perjudicar de manera significativa a ninguno de los otros.
Los objetivos son:
- la mitigación del cambio climático
- la adaptación al cambio climático
- el uso sostenible y la protección de los recursos hídricos y marinos
- la transición hacia una economía circular
- la prevención y control de la contaminación
- la protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas
Evitar el ‘ecoblanqueo’
El establecimiento de criterios claros sobre inversiones verdes es fundamental para atraer más dinero público y privado para que la UE pueda avanzar hacia el objetivo de la neutralidad en sus emisiones en 2050, tal y como plantea el Pacto Verde, pero también para evitar el ecoblanqueo (cuando se clasifica como ecológico o sostenible algo que no lo es).
La Comisión calcula que Europa necesita alrededor de 260.000 millones de euros anuales en inversión adicional para alcanzar sus objetivos climáticos y energéticos de 2030. En una resolución aprobada el 15 de mayo pasado, los eurodiputados pidieron que las inversiones dentro del plan de recuperación tras la pandemia de COVID-19 den prioridad al capítulo verde.
“La clasificación de las inversiones en función de la sostenibilidad medioambiental es un avance fundamental, además de un punto de inflexión en la lucha contra el cambio climático”, señala Sirpa Pietikainen, responsable de la tramitación del texto en la comisión de Medio Ambiente.
“Todos los productos financieros definidos como sostenibles tendrán que demostrarlo en base a criterios estrictos y ambiciosos”, agrega Bas Eickhout, ponente de la comisión de Asuntos Económicos.
Actividades de transición o habilitadoras
Las actividades que son incompatibles con la neutralidad climática pero que resultan necesarias en la transición hacia una economía de “emisiones cero” se clasifican como “actividades de transición o habilitadoras”. Sus emisiones de gases de efecto invernadero tendrán que estar al nivel de los mejores resultados en su sector.
Los combustibles fósiles sólidos, como el carbón o el lignito, se excluyen, pero el gas y la energía nuclear podrían etiquetarse como una actividad habilitadora o de transición en línea con el principio de «no hacer un daño significativo».
La normativa entrará en vigor después de su publicación en el Diario Oficial. La Comisión actualizará periódicamente los criterios técnicos de selección para las “actividades de transición y habilitación”. Antes del 31 de diciembre de 2021 deberá revisarlos y definir criterios para identificar las actividades que tengan un impacto negativo significativo.
Fuente/Ambientum Chile Energías/www.chileenergias.cl www.facebook.com/chileenergia.cl/ twitter.com/chileenergias #chileenergias,#energías,#CambioClimático, #eficienciaenergética