Peter Gräve, ejecutivo de la firma alemana, destacó los atributos del país para instalar una planta, posibilidad que está en línea con la meta de bajar en 50% la huella de carbono a 2025.

“Por el momento es una intención, pero, para nosotros, el proyecto HIF sería una excelente opción”. Así, resumió Peter Gräve, director de producción, marca y estrategia de Porsche, el interés que ha mostrado la automotriz alemana en ingresar al plan piloto que fue lanzado el viernes en la Región de Magallanes, al sur de Chile, para desarrollar hidrógeno verde.

“Estamos buscando socios para instalar una planta piloto que produzca combustible limpio, a partir de energía renovable”, explicó el ejecutivo en entrevista con DF. Todo ello enmarcado en su programa estratégico con el que se han trazado como meta reducir en un 50% su huella de carbono a 2025.

Peter Gräve, Director de producción, marca y estrategia de Porsche.

“Sólo lo podemos hacer con el uso de combustibles sintéticos, hechos de energía renovable. Por eso, estamos invirtiendo 15 mil millones de euros (US$ 17.665 millones) en electromovilidad y en digitalización de los de los productos de las fábricas”, agregó.

La empresa dice tener muy claro que “la sostenibilidad es uno de los pilares más importantes” para su crecimiento y, por ello, se ha propuesto cambiar uno de los aspectos más difíciles en esta carrera: la disponibilidad de los combustibles sintéticos.

“Solo con electricidad no podemos avanzar suficientemente rápido”, dijo a principios de este mes Michael Steiner, quien está a cargo del área de Investigación y Desarrollo de la firma.

Las razones de Porsche
Si finalmente el proyecto se lleva a cabo y logran ingresar al desarrollo -al que también han mostrado interés Siemens y la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) de Chile-, Porsche se encargaría de aportar conocimiento.

“Nosotros tenemos experiencia en cómo funcionan nuestros motores de combustión con diferentes combustibles. Entonces, el principal objetivo es encontrar un posible uso del combustible verde para todos nuestros autos”, explicó Gräve desde la planta de fabricación de la empresa en Alemania.

Así, no sólo los que adquieran nuevos vehículos de la compañía contarían con la tecnología, sino que esta sería adaptada al 70% de las unidades que están en circulación a nivel mundial.

La alianza sería ideal, indicó el ejecutivo, considerando la experiencia de la firma en esta materia y las condiciones que nuestro país aportaría en este caso.

“Chile es un muy apropiado para instalar una planta así. Tiene una disponibilidad de energía eólica y solar que es vital para esta apuesta”, apuntó.

Porsche, entonces, podría pasar a adquirir, para su propio desarrollo, lo que se fabrique en la planta de Magallanes, aunque los ejecutivos de la compañía reconocieron que “todo está en una etapa muy temprana como para adelantarlo”.